Verónica Pascual es una de las referentes más destacadas en el mundo de la robótica y la innovación industrial. Ingeniera aeronáutica y emprendedora, asumió el liderazgo de ASTI Mobile Robotics con solo 25 años y logró convertirla en una empresa internacional puntera en robótica móvil. En esta entrevista repasa su trayectoria, desde sus comienzos hasta la creación de la Fundación ASTI, con la que impulsa el talento joven en ciencia y tecnología. Reflexiona sobre el papel de las mujeres en sectores técnicos, la necesidad urgente de despertar vocaciones STEM y el valor de contar con referentes que inspiren a las nuevas generaciones. Una conversación que pone el foco en el futuro, el talento y el poder transformador de creer en una misma.

Comenzaste a liderar ASTI Mobile Robotics con solo 25 años. ¿Qué sentiste al asumir un reto tan grande y cómo te preparaste para transformarlo en una empresa referente a nivel mundial?

Cuando asumí el reto de liderar ASTI, nadie, ni yo misma, hubiera creído que la compañía se fuera a convertir en un actor clave de la robótica móvil y mucho menos en un líder europeo. Eso ocurrió a lo largo del tiempo, fruto de muchísimo trabajo de un gran equipo.

Para mí fue un honor liderar este proyecto, conllevó muchísimo esfuerzo, perseverancia, estar constantemente estudiando y aprendiendo de otros emprendedores, de otras industrias y de nuestros clientes que, salvando las distancias de sector, nos inspiraban en nuestro desarrollo.

Convertiste una empresa familiar en un referente internacional en robótica industrial. ¿Qué te impulsó a dar ese salto y cómo se vive ese tipo de transformación desde dentro?

La compañía, en aquel momento llamada Automatismos y Sistemas de Transporte Interno, que llamábamos ASTI y que luego pasó a llamarse ASTI Mobile Robotics conforme fuimos creciendo en el mundo de la robótica móvil, inicialmente se dedicaba a los sistemas de manutención para la automatización industrial: transportadores de rodillos, cadenas, sistemas cartesianos de manipulación, carros rail guiados,… Muchos de esos sistemas constituían barreras fijas en las instalaciones de nuestros clientes y, por otro lado, eran proyectos a medida únicos, muy difíciles de escalar. Escuchando las crecientes necesidades de flexibilidad de nuestros clientes, preparando la compañía para la escala y el crecimiento internacional y apostando por un cambio tecnológico que, creíamos, iba a transformar la industria, pivotamos a la robótica móvil, porque era una solución de transporte de mercancías en el seno industrial que permitía a nuestros clientes ser más competitivos y flexibles y a nosotros nos permitía escalar combinando diferentes tecnologías, tanto software como ciberfísicas.   

Fue un proceso lleno de retos, en el que aprendimos muchísimo y en el que superamos nuestros propios límites multitud de veces, desarrollando tecnologías propietarias, y creciendo a Francia, Alemania y Estados Unidos para, desde ahí, operar en 20 países.

Has seguido formándote continuamente a lo largo de tu vida, en distintos países y contextos. ¿Qué aprendizajes te han marcado más y cómo han influido en tu forma de liderar e innovar?

En efecto, la experiencia internacional ha sido un bagaje importantísimo a lo largo de mi vida, y es algo que recomiendo encarecidamente a los jóvenes, porque te ofrece una perspectiva del mundo que luego es muy útil para la vida, tanto a nivel profesional como personal. Yo estudié Ingeniería Aeronáutica en la Universidad Politécnica de Madrid, luego he pasado por distintas escuelas de negocios, dentro y fuera de España, como el Collége des Ingenieurs en París, el IE, Standford, Harvard o Insead. Entre los 3 y los 18 años he vivido en 6 países con familias de acogida y esas experiencias internacionales me han moldeado como persona. La última, el año pasado, cuando tuve el honor de pasar varias semanas en EEUU con una Eisenhower Fellowship, que me permitió compartir tiempo con líderes innovadores de todo el mundo, que buscan transformar el mundo, pero de una forma que sea más justa, como hacemos ahora nosotros a través de la Fundación ASTI, creada con el propósito de contribuir a la prosperidad de la sociedad y el impulso de la economía a través del fomento y desarrollo del talento STEM desde edades tempranas.

Desde tu experiencia como ingeniera y emprendedora en el mundo de la robótica, ¿qué habilidades le recomendarías cultivar a las niñas y jóvenes que sueñan con dedicarse a la ciencia o tecnología?

Si ya sueñan con dedicarse a la ciencia y la tecnología, tenemos mucho ganado. El problema es que las niñas (y los niños) que tienen claro que quieren desarrollar su futuro en el ámbito de las denominadas STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) es ínfimo comparado con la demanda de talento que existe actualmente, y eso es un problema gravísimo. En mi época como líder de ASTI Mobile Robotics nos dimos cuenta de lo difícil que era reclutar perfiles técnicos. Este problema lo viven hoy empresas de todos los sectores: el 83% no encuentra los perfiles que demanda y se estima que la falta de talento digital le costó a España 14.000 millones de euros en 2023. A medida que la tecnología va conquistando más espacios, esta necesidad de talento se vuelve más acuciante y, sin embargo, desciende el número de jóvenes que quieren estudiar carreras TIC o de ingeniería: un 3,5% y un 14% respectivamente, ratios que bajan a 1,5% y 4% cuando segmentamos por género femenino, según el último informe del Observatorio STEM de la Fundación ASTI, que hemos presentado en mayo.

Es esencial promover el interés hacia las STEM en edades tempranas, acompañar a los chavales a lo largo de todo su itinerario y, por supuesto, realizar acciones específicas para mujeres jóvenes, que aún padecen sesgos que limitan su potencial y por tanto necesitan un enfoque especial para que no se queden fuera de esta revolución tecnológica.

En tu trabajo diario, ¿qué parte es la que más disfrutas cada día? 

Yo disfruto muchísimo viendo el impacto de los programas que tenemos en la Fundación ASTI: cuando veo a los niños y niñas de primaria de escuelas rurales que quizá mañana se puedan convertir en ingenieros y ayudar al desarrollo de los entornos donde han crecido, aprendiendo y compitiendo en nuestro programa Rurabotic; cuando voy de jurado a ASTI Robotics Challenge, la competición de robótica más importante de España que ha celebrado este año su novena edición y donde ya participan más de medio millar de estudiantes de toda España, desde 3º de ESO hasta universitarios y FP superior, y veo que traen proyectos que son increíblemente profesionales; o cuando uno de nuestros patrocinadores de STEM Talent Girl, el programa de impulso de talento femenino que tenemos que ha llegado ya a 8000 chicas desde su creación, contrata a una joven licenciada STEM que empezó con nosotros con 14 años y ahora es una profesional que se disputan muchas empresas y que además se hace mentora de nuestro programa, para que otras niñas sigan su camino…. eso, además de la pasión contagiosa que le pone el equipo, es algo que me encanta.

Desde la Fundación ASTI impulsáis el talento joven en ciencia y tecnología. ¿Qué te motiva a dedicar tanto esfuerzo a apoyar a las personas jóvenes que están empezando en este camino?

Sin talento no hay futuro. Garantizar que contaremos con los perfiles adecuados que demandan las empresas es garantizar la buena marcha de nuestra economía.

Es importante llegar donde el sistema educativo aún no llega y realizar una labor de divulgación, explicar a los jóvenes hacia dónde va el mundo, qué capacitaciones necesitan desarrollar. No puede ser que falte talento y, al mismo tiempo, haya un montón de jóvenes súper preparados que no tienen encaje en el mundo laboral, con la frustración que eso representa. Según nuestro Observatorio STEM, solo un 19% de los jóvenes han recibido orientación laboral sobre las STEM. Eso, teniendo en cuenta que 9 de las 10 profesiones de mayor demanda de aquí a dos años según el Foro Económico Mundial son STEM, es un contrasentido. El problema es que los jóvenes no saben bien qué carreras existen, para qué sirven, qué aportación hacen a la sociedad y, sobre todo, las miran con desconfianza. De ahí la importancia de trabajar paralelamente, con niños muy pequeños, para que vayan desarrollando de manera natural ese interés por la ciencia y la tecnología de una forma lúdica y pierdan el miedo.

¿Qué desafíos has enfrentado como mujer en sectores tradicionalmente masculinizados y cómo los has superado?

Yo he sido afortunada, porque he tenido el referente de mi padre, que era ingeniero, y que cultivó en mí la curiosidad por todo tipo de “máquinas”. Nunca sentí que aquello fuera una cosa de chicos o de chicas. Sucede que la mayor parte de la gente no tiene esos referentes y mucho menos las mujeres. Es difícil que una niña sueñe con ser informática o ingeniera de caminos, porque no hay visibilidad de otras mujeres que hayan optado por ese camino y ni se lo plantean.

Además, las mujeres necesitamos entender los porqués de las cosas. Para qué vale este grado, cómo voy a contribuir al mundo. No es casualidad que tantas mujeres hagan medicina. Saber el propósito, qué quieres hacer con tu conocimiento, cómo vas a mejorar la vida de las personas, es fundamental. Tenerlo claro me ha ayudado a conseguir mis objetivos, sin que ser una mujer haya condicionado mi carrera.

Presides una red de emprendedores de alto impacto. ¿Qué tres valores no pueden faltar en alguien que quiere emprender en tecnología?

Endeavor es una red que aglutina a emprendedores que realmente están marcando la diferencia en el mundo y es un honor de presidir su patronato. A todos nos une la capacidad de soñar en grande, ser coherentes para que el proyecto escale y sobre todo ser extraordinariamente flexibles, persistentes y resilientes porque el camino está lleno de obstáculos. Igualmente, los emprendedores Endeavor se caracterizan por el Efecto Multiplicador, es decir la apuesta por apoyar a las siguientes generaciones de emprendedores, mediante mentorías, inversión y el apoyo a los alumni emprendedores de nuestras compañías.

¿Qué es lo que más te ilusiona del futuro en tu campo? ¿Hay algún avance o cambio que sueñes con ver hecho realidad en los próximos cinco o diez años?

Desde la perspectiva de talento: Vivir el impacto que está generando nuestro trabajo en la Fundación ASTI. Nuestros programas son longitudinales (acompañan a lo largo de los años), son rigurosos, segmentando la población en subgrupos y trabajando con herramientas distintas en función de cada subsegmento, con una base científica y siempre midiendo el impacto. Me gustaría compartiros el impacto que genera en las jóvenes nuestro programa STEM Talent Girl. Hace unos meses, en el marco del Observatorio STEM, comparábamos las expectativas de nuestras alumnas con las de un grupo de control y los resultados fueron contundentes: las alumnas de STEM Talent Girl que cursan Bachillerato y quieren hacer una ingeniería son el 25,4%, frente al 3% del grupo general; en el caso de las TIC, son el 10,5%, frente al 3% del grupo general. Además, mientras que solo un 35% de las alumnas de ESO quieren elegir el Bachillerato de Ciencias y Tecnología, esta cifra sube hasta el 85% en el caso de las alumnas de STEM Talent Girl.

Desde la perspectiva emprendedora: España ha evolucionado muchísimo en los últimos 10 años, pero nos queda mucho por hacer para ser una nación que no solo crea start ups sino que realmente impulsa a las scale ups, creando así las compañías que conformarán el IBEX 35 del mañana.

Desde la perspectiva de la tecnología, estoy entusiasmada con los avances en la combinación de robótica e inteligencia artificial, habilitando nuevas funciones a mucho menos coste.

Por último, ¿qué mensaje te gustaría dejar a las niñas que sueñan con crear, liderar o transformar el mundo desde la ciencia y la tecnología?

Creo que lo más importante es que crean en ellas mismas, en su valía, que se atrevan a soñar y a dar un paso al frente y hacer esos sueños realidad. Está demostrado que, a igual rendimiento, los niños tienen una mejor percepción de sí mismos y las niñas se torpedean con un mayor nivel de autoexigencia.

La autoexigencia está muy bien para mejorar, pero no puede hacernos pequeñas.

También les diría que se apunten a STEM Talent Girl, porque van a encontrar a una comunidad de chicas con sus mismos intereses, donde se van a sentir arropadas y comprendidas, dónde van a tener referentes a través de una red enorme de mentoras e información práctica para descubrir su camino.