Gloria Moreno descubrió su pasión por la ciencia en el aula, gracias a profesores que despertaron su curiosidad y a una familia que siempre le animó a hacerse preguntas. Hoy, como investigadora en nanotecnología, trabaja en la síntesis por plasma de nanogeneradores capaces de generar electricidad limpia a partir de la energía ambiental. En esta entrevista, habla de sus referentes, su compromiso con la sostenibilidad y la importancia de visibilizar a más mujeres en la ciencia para inspirar a las nuevas generaciones.

¿Recuerdas cuándo descubriste tu interés por la ciencia? ¿Hubo alguna experiencia o persona que te marcara especialmente en ese camino?

Es una pregunta más difícil de lo que parece. Supongo que siempre he tenido ese interés. Quizás la primera persona que despertó algo en mí fue mi profesor de Tecnología en la ESO, cuando nos explicaba el funcionamiento de las centrales eléctricas. En el examen nos pedía que nos convirtiéramos en una gota de agua que trabajaba en una de estas centrales y que escribiéramos y explicáramos lo que íbamos viendo al pasar por los diferentes partes del sistema. Puede parecer una tontería, pero desde entonces, he intentado repetir ese mismo ejercicio con cada problema que se me presenta, siento que es la mejor manera de comprender a fondo el funcionamiento de las cosas, sintiéndonos parte de ello. 

Más tarde, en el bachillerato, mi profesor Joaquín me hizo comprender y ver el potencial de las matemáticas. Y durante el mi TFM en el Departamento de Electrónica de la Complutense, me descubrieron las técnicas de vacío y plasma. A partir de ahí ya noté que no había vuelta atrás. Ya estaba locamente enamorada de este campo tan versátil, útil y necesario. 

Por supuesto, no sería justo no mencionar a mi familia en esto. Mis titos, mis padres, mis abuelos; todos ellos son personas muy curiosas. Creo que la pregunta que más he escuchado de sus labios ha sido “Pero, ¿y eso por qué?”. Si ellos no me hubiesen inculcado esa curiosidad y ese cuestionármelo todo, seguramente no habría acabado donde estoy.

Estás realizando tu doctorado en nanotecnología y síntesis por plasma ¿Cómo explicarías de forma sencilla en qué consiste tu investigación y por qué es importante?

Empecemos por el final, el plasma. Se conoce como el cuarto estado de la materia, aunque algunos prefieren definirlo como un gas ionizado compuesto por electrones, iones, moléculas, átomos, fotones, etc. Gracias a él podemos sintetizar materiales de manera mucho más eficiente y económica que con otros métodos tradicionales que requieren altas temperaturas o el uso de disolventes poco respetuosos con el medio ambiente. En ese sentido, el plasma es una técnica que no necesita de disolventes y nos permite bajar mucho la temperatura de síntesis, así como la energía necesaria en el proceso y no solo eso, sino que además reduce a mínimos (por no decir cero) los residuos, convirtiéndola en una técnica eco-friendly. Además, es una técnica consolidada en la industria, con lo que lo desarrollado con esta técnica encontraría más facilmente su implementación en las cadenas de producción actuales.

En concreto, dentro de la nanotecnología, mi investigación se centra en el uso de estas técnicas de plasma y vacío para la fabricación de nanogeneradores. Estos nuevos dispositivos nacen en 2006, de la mano de Zhong Lin Wang. Él fue el primero en demostrar que se podía aprovechar las señales de baja frecuencia para su transformación en energía eléctrica. Para ello necesitamos propiedades como la piezoelectricidad, la triboelectricidad, la piroelectricidad, etc. Para no liarnos mucho, voy a explicar brevemente la primera de ellas, la piezoelectricidad. Existen materiales que, gracias a su estructura cristalina, se polarizan al deformarse, produciendo un pulso de corriente que puede ser almacenado en forma de energía eléctrica. Esto no es nada nuevo, la piezoelectricidad se usa en nuestro día a día: en micrófonos, altavoces, auriculares, etc. Dejo como tarea al lector que investigue el resto de propiedades mencionadas. 

Lo bueno de estos nanogeneradores es que aprovechan la energía ambiental para producir energía eléctrica en el punto de consumo, presentándose como una alternativa a las baterías, que tanto daño hacen al planeta. Además, es bien sabido que la tendencia de demanda energética aumenta y aumentará de manera exponencial, por lo que no podemos permitirnos desaprovechar ninguna fuente de energía. Una parte importante de esta demanda viene de los dispositivos wireless, es decir, esos que no van enchufados y que a día de hoy funcionan con baterías que en el mejor de los casos duran 20h. ¿No sería maravilloso poder utilizar estos dispositivos de manera ininterrumpida sin necesidad de cargar baterías? Esa realidad cada día es más posible, gracias a los nanogeneradores. 

NanoDataLyzer es una herramienta que optimiza el análisis de nanogeneradores. ¿Cómo surgió la idea y qué impacto esperas que tenga tanto en la comunidad científica como en la sociedad?

Aquí tengo que empezar mencionando a mi compañero y amigo Xabier García Casas. Él es el principal desarrollador de este software. Fue el primero en empezar a trabajar con nanogeneradores en nuestro laboratorio y rápidamente se dio de bruces con el que, en mi opinión, es el gran cuello de botella de esta investigación: el tratamiento de datos. Hay muchos procesos repetitivos y, por qué no decirlo, tediosos en el campo de los nanogeneradores. Era necesaria la automatización del proceso. Empezó a desarrollar esta herramienta con MATLAB y nos fue animando a usarla. Rápidamente vimos que era una joya. Y ahí entré yo. Empezamos a añadir nuevas funcionalidades, a refinarla, a hacerla más user-friendly e intuitiva, con la idea de compartirla con el mundo. Y así, después de meses y meses de trabajo, nace NanoDataLyzer. 

Pensamos que esta herramienta acelerará el desarrollo de esta área del conocimiento en concreto, y facilitará el tratamiento de datos de señales periódicas en general. Así, los trabajos que se desarrollan en los laboratorios, alcanzarán antes la industria y con ello, llegarán antes estos avances a la sociedad. 

En tu opinión, ¿qué papel puede jugar la nanotecnología en los grandes retos globales, como la sostenibilidad o la transición energética?

Todo depende de la intención de las personas que trabajan en nanotecnología. Si el foco de su investigación está en el desarrollo de productos que ayuden a la sociedad y que hagan del mundo un lugar más sostenible; entonces, la nanotecnología tendrá ese matiz. Si se usa la nanotecnología para la transición energética (como es el caso de los nanogeneradores), entonces la nanotecnología se pondrá al servicio de dicha empresa. Realmente, existen técnicas y tecnología suficiente para que esto sea posible (como es el caso de las técnicas de vacío y plasma). Pero si las personas que trabajamos en esto no las usamos, desde luego, no será posible. 

La nanotecnología es una herramienta maravillosa que hasta el día de hoy nos ha permitido mejorar mucho la calidad de vida de las personas. Es una buena amiga que se pone a nuestro servicio. Y pienso que la gran mayoría de las personas que trabajamos en esto, por no decir la totalidad, sí que estamos trabajando para conseguir esos grandes retos. 

Actualmente investigas en un entorno muy técnico y especializado. ¿Cómo ha sido tu experiencia como mujer joven en este ámbito?

Sinceramente, mi experiencia no ha sido diferente a la de un hombre, diría. No por ahora. Realmente, en nuestro laboratorio hay mucha presencia femenina, tal vez sea por eso. Por supuesto, soy consciente de las dificultades que atraviesan otras compañeras y de que mi experiencia es un oasis en el ámbito tecnológico. Pienso que, si en mi caso está siendo posible, debería serlo para todas. 

Sí que mencionaría las dificultades económicas que atravesamos los que decidimos dedicarnos a la ciencia en España. Por no mencionar la escasez de oportunidades. Y creo que la culpa de esta situación la tenemos en el común de la sociedad. No valoramos como se merecen a nuestras científicas y científicos. Una vez, Ana Borrás dijo en una charla que los países más desarrollados tecnológica y económicamente son aquellos que en su día decidieron priorizar la investigación. Ejemplos como Alemania, que invierte un 3% del PIB en investigación; China, un 2.5%; o Estados Unidos, un 3.5%; quedan muy lejos del 1.49% del PIB que España destinó a investigación en 2023. Si España quiere ponerse en cabeza, el camino pasa por el aumento del gasto público en investigación. Esto no lo digo para mejorar la situación de nuestros científicos y científicas (que también), sino por el impacto que esto tendría en la sociedad española. Más ciencia significa más patentes y más spin-off. Más spin-off significa más industria nacional.  Y más industria nacional significa más riqueza. Pero todo comienza con la ciencia.

También me aterra la conciliación laboral. Es algo a lo que aún no me he enfrentado, pero me aterra toparme con ese suelo pegajoso que lleva al techo de cristal. Supongo que es por eso por lo que las jóvenes atrasamos cada vez más aspectos como la maternidad. Ojo, la que quiera ser madre, por supuesto. Pero las que sí que tenemos más o menos clara esta vocación, no vemos cómo hacerla posible. Por un lado, la precariedad laboral y los bajos salarios. Y por otro, el miedo a encontrarnos inmersas en la realidad que tantas otras mujeres han encontrado; el no poder desarrollar nuestras carreras laborales, el tener siempre que renunciar a alguna de las dos cosas. 

Pero en general, mi experiencia hasta el momento ha sido muy positiva. Son muchas horas de trabajo, mucha dedicación, mucha incertidumbre y a veces, mucha frustración. Pero como dice mi jefe, Ángel Barranco, la ciencia tiene esos 5 minutitos que hacen que todo lo anterior merezca la pena. Esos 5 minutitos no los encuentras en otros entornos. Y realmente puedo decir que esos 5 minutitos no tienen precio. 

Desde que comenzaste tu carrera, ¿qué cambios o avances has observado en el campo de la nanotecnología que te haya marcado especialmente?

Lo cierto es que no hace mucho que mi carrera comenzó, así que no he podido observar grandes cambios. Pero sí que he observado que cada vez hay más niñas que se interesan en este campo. Eso me da mucha alegría. 

La investigación científica también está llena de descubrimientos, aprendizajes y momentos de inspiración. ¿Qué te ayuda a mantener la motivación en tu día a día como investigadora?

Pienso que la motivación es un arma de doble filo, porque no siempre está. Lo que me hace seguir día a día es la disciplina, la satisfacción del trabajo bien hecho. Me gusta marcarme metas cortas, pero teniendo claro el objetivo, ir completando poco a poco la lista de “to do”.

Pero si hablamos solamente de motivación, la mía son mis compañeros. Este campo de investigación necesita de grupos heterogéneos donde cada uno aporte algo diferente y donde todos trabajen unidos. Me motiva mucho el trabajo en equipo, ver como un proyecto se va conformando como si fuera un puzle. Ver todo el proceso es muy gratificante. 

Desde los experimentos hasta el análisis de resultados, el proceso científico tiene muchas etapas. ¿Cuál es tu favorita y por qué?

Creo que mi momento favorito es cuando se monta el discurso. La ciencia tiene mucho de divulgación. Si nadie se entera de tus resultados ¿para qué has estado investigando? Si no lo cuentas, la gente no puede aprovecharlo. Hay un momento en el proceso, después de hacer las primeras pruebas, después de realizar los experimentos y después de discutirlos en el que nos sentamos y acordamos ese discurso. Cómo lo vamos a contar, a quién va dirigido. Ya sea para publicarlo en una revista científica o para dar una charla en un congreso. Definitivamente, esa es la parte que más me gusta, porque es cuando por fin puedo trasladar el conocimiento a la comunidad.

¿Crees que aún existen barreras para que más mujeres accedan a la investigación en ciencia y tecnología? 

Sobre todo, faltan referentes. Creo que ese es el principal problema. Siempre cuento el mismo ejemplo. Selección Española de fútbol femenina; ganan el mundial; todo el mundo habla de ellas. Y no solo ganan, sino que también modifican los estatutos de la federación ya que estaban. Desde entonces, ser jugadora de fútbol no es cosa de niños. En los rellanos de mi intercomunidad niñas y niños juegan juntos al fútbol. Cuando yo era pequeña, solo los niños de mi clase lo hacían. ¿Por qué ha cambiado la situación? Porque ahora las mujeres también ganamos mundiales de fútbol. 

En la ciencia no hemos tenido muchas mujeres que llegarán al más alto nivel. Y cuando las hemos tenido, no se les ha dado su espacio, no se ha hablado de ellas. Todo el mundo conoce a Marie Curie; pero para que todo el mundo la conociera, tuvo que ganar dos veces el Premio Nobel. De hecho, es la única persona que tiene dos Premios Nobeles en categorías distintas: Premio Nobel de Física en 1903, por sus investigaciones sobre los fenómenos de la radiación; y de Química en 1911, por el descubrimiento del radio y el polonio.  Sin embargo, no muchos conocen a Lise Meitner. Ella fue una científica austriaca que desarrolló su investigación en el campo de la física nuclear. Fue nominada al Premio Nobel de Física 29 veces, y al de Química 19 veces. Esto es como si durante toda tu vida laboral te nominaran anualmente a recibir un Premio Nobel. Nunca lo ganó. Es más, uno de sus trabajos que demostraba la fisión nuclear, liderado por ella, sí que recibió dicho galardón, pero no con su nombre. Ese premio fue concedido en 1938 a Otto Robert Frisch y a Otto Hahn; compañero de laboratorio el primero y sobrino y tutelado de la propia Lise el segundo. Se la ninguneó durante toda su vida. Con estos antecedentes, es normal que a día de hoy seamos menos mujeres trabajando en ámbitos tecnológicos. Creo que este es el primer paso, empezar a poner en valor a estas grandes figuras. Que la sociedad gane referentes femeninos en los que vernos reflejadas. Porque no podemos permitirnos perder el potencial del 50% de la población. 

Las jóvenes tienen que saber que, si quieren, pueden. Igual que han podido otras. Y tenemos que luchar todos y todas para que estas injusticias no vuelvan. En este sentido, tienen mucho valor proyectos como el de Innovadoras TIC. Muchas gracias, de verdad, porque realmente la sociedad necesita el trabajo que hacéis. 

Para terminar, imagina que una joven quiere empezar en el mundo de la tecnología, pero duda de si encontrará su sitio. ¿Qué le dirías? ¿Qué mensaje te habría gustado escuchar a ti cuando comenzabas?

La vida es muy corta para esperar a que te ofrezcan un sitio. Sal a buscarlo. Si crees que esto es lo tuyo, si piensas que en este ámbito puedes ser feliz, no hay más que hablar. Trabaja duro y sigue luchando. Da lo mejor de ti e intenta rodearte de personas que te guíen y te quieran bien. Te mereces ese sitio. Es más, ese sitio te está esperando. Te necesitamos.