Ainoa Gómez es bióloga, profesora de Ciencias en secundaria y bachillerato y divulgadora. En su canal de YouTube, “Empollar ya no está de moda”,  explica el temario de Biología a través de minivídeos de forma sencilla y comprensible para ayudar a los alumnos y alumnas a asimilar conceptos, al tiempo que trata de fomentar su espíritu crítico.

Ainoa, estudiaste Biología y eres profesora de Secundaria, ¿siempre tuviste claro que querías dedicarte a la docencia?

No, la verdad es que no cumplo la típica historia de niña que sabe que de mayor quiere ser profesora. Lo cierto es que, al entrar a una carrera de Ciencias como Biología, al principio tenía la idea de dedicarme a la investigación, en parte por ilusión y en parte porque tampoco conocía muchas más opciones, si soy sincera. A medida que fui avanzando en la carrera fui viendo que el mundo de la investigación no era para mí y, cuando acabé y me gradué, aún necesité un par de años para acabar de decidir qué quería hacer. Tenía claro que no iba a empezar un máster en algo que no me motivase, y que no quería trabajar en algo que no me gustase, así que decidí parar ese par de años, dedicarlos a crecer en proyectos personales y cuando lo vi claro, entonces sí, decidí matricularme al máster para ser profesora de secundaria. Desde luego, ha sido un acierto. 

Hace dos años abriste tu canal de Youtube donde explicas conceptos de Biología de manera accesible, ¿Por qué decidiste hacerte youtuber y qué tipo de interacción encuentras con la comunidad online?

Desde hace muchos años he sido (y sigo siendo) consumidora de divulgación en Youtube, es una manera de aprender que me gusta mucho porque mezcla lo académico con el ocio. Desde que empecé a consumir esta divulgación me picó un poco “el gusanillo” de querer hacer yo algo parecido, pero nunca encontraba el momento. Cuando me matriculé en el máster para poder ser profesora de Biología en secundaria y tuve que decidir un tema para el Trabajo de Fin de Máster, lo vi como una oportunidad. Decidí crear cuatro vídeos a modo de unidad didáctica que pudiera utilizarse en el aula como eje del trabajo, y resulta que la experiencia me gustó tanto que decidí seguir creando vídeos, hasta hoy. 

Ainoa Gómez en Cultube 3.0

El año pasado participaste en Cultube 3.0, un evento organizado por el Instituto de Física Teórica (IFT) del CSIC, Quantum Fracture y La Casa Encendida que reunió a once youtubers que realizáis labores de divulgación científica en castellano, ¿cómo fue la experiencia? ¿Son las redes sociales un buen instrumento para difundir contenido cultural y científico entre los jóvenes?

¡Fue una experiencia fantástica! Me sentí acogida desde el primer minuto, divulgadores de ediciones pasadas estaban también dándonos apoyo y consejos, y el trabajo que hicieron todos los organizadores fue de diez. Me siento muy afortunada de haber podido vivir esa experiencia en primera persona. Además, creo que más allá de la experiencia personal que significó para mí, el hecho de que existan este tipo de eventos me parece no sólo estupendo, me atrevería a decir que necesario. Las redes sociales son el instrumento para llegar a los jóvenes y muchas de las personas que divulgamos estamos generacionalmente bastante cerca de nuestra audiencia. Eso hace que tengamos un lenguaje común, unas maneras de hacer concretas y características de esta época digital que, obviamente, nos ayudan a acercar el contenido a los más jóvenes. 

Desde tu punto de vista y experiencia como docente, ¿por qué insistir en prohibir el uso de móviles en muchas aulas en lugar de usarlos para educar a los menores usando un lenguaje más actual?

Es una buena pregunta. Vaya por delante que considero que el contexto del centro es fundamental a la hora de tomar decisiones en este aspecto. En mi trayectoria como profesora sustituta estoy teniendo la oportunidad de ver diferentes realidades socioculturales que, obviamente, hay que tener en cuenta a la hora de diseñar actividades y de decidir qué metodologías usar. 

Por una parte, considero que, pese a que los jóvenes utilizan muchas horas al día sus teléfonos móviles, la realidad es que no tienen demasiados conocimientos sobre el uso que deben hacer, o de todas las cosas que se pueden llegar a hacer con un smartphone, o incluso de identidad digital y ciberseguridad. Lo que se llama ahora la competencia digital, digamos que estamos “en ello”. Teniendo esto en cuenta, el aula me parece un sitio ideal en el que transmitir todo este conocimiento y abordar todos estos temas. El problema es que creo que una buena parte del propio personal docente no está preparado para ello, ahora se están empezando a impulsar más las formaciones en competencia digital para los docentes, que es un paso previo necesario. 

Por otro lado, creo que hay un problema en la realidad social de los jóvenes. Es difícil y frustrante plantear una actividad que implique el uso del móvil y ver que están haciendo un uso inadecuado de éste (igual que pasa con los ordenadores). Creo que absolutamente cualquier docente de España se siente identificado con esta anécdota. Y no hacemos más que quejarnos de que “están enganchados”, nos preguntamos cómo vamos a ganarle la batalla al Clash of Clans, y lo único que se nos ocurre es programar un taller sobre adicción a las pantallas a la hora de tutoría. 

Bajo mi punto de vista, la realidad que subyace a todo esto tiene más que ver con una falta de espacios de ocio, muchas veces relacionadas con los recursos que pueden tener las diferentes familias, que influye directamente sobre en qué creen los jóvenes que pueden invertir su tiempo de ocio. Necesitan espacios accesibles, económicos, que estén cerca de sus casas, donde hacer actividades que les motiven. Los jóvenes no solo saben estar con el móvil, como dicen algunos adultos. ¿Cuántos niños y jóvenes conocéis que no estén matriculados en algún deporte o extraescolar? Claro que les gusta hacer cosas además de usar el móvil, pero esas actividades tienen que ser accesibles. 

Cuando esto sea diferente entenderán el móvil como una herramienta más y no necesitarán aprovechar cualquier oportunidad en clase para hacer uso del teléfono; y podremos empezar a usarlo como herramienta educativa con más confianza, explotando todo el potencial que obviamente tiene. 

Formaste parte de la segunda edición de Ciencia Arcoiris, una iniciativa organizada por la web Social Media en Investigación, para dar visibilidad al colectivo LGTBIQA+ en el ámbito científico. ¿Por qué crees que son necesarias este tipo de acciones para acabar con sesgos y prejuicios?

Estoy respondiendo esta pregunta justamente el Día del Orgullo, y todo lo que he podido ver en redes esta semana han sido confesiones de experiencias personales de violencia hacia el colectivo. Luchar contra la homofobia, la transfobia y cualquier falta de respeto hacia personas del colectivo es luchar por los derechos humanos, y eso nunca estará de más. Acciones como Ciencia Arcoíris ayudan a visibilizar a personas LGTBI+ de la Ciencia, y creo que es un área donde está muy bien hacer esta visibilización porque creo que, cuando la gente piensa en personas LGTBI+ las imagina descontextualizadas. Iniciativas como esta ayudan a dar una historia, una cara, un trasfondo y una realidad a cada discriminación contada. Me sentí muy afortunada de formar parte del proyecto. 

Convertiste en viral una anécdota con tus alumnos en la que contabas que tratabas de fomentar el pensamiento crítico entre ellos utilizando como ejemplo sus cartas astrales, ¿crees que los adolescentes son conscientes de la importancia de la desinformación o las fake news cuando comparten contenidos online? ¿Cómo pueden los adultos ayudarles?

Bueno, estaría bien que los adultos no contribuyesen a la desinformación en primer lugar, la verdad jaja. Creo que los adolescentes son, de nuevo, un reflejo de la sociedad. No creo que ellos contribuyan más a viralizar bulos que los adultos, aunque quizás a veces cambie el contenido. Como docente, a mí me gusta estar presente en redes por varios motivos, y uno de ellos es poder estar más o menos al tanto de los bulos que se viralizan. En muchas ocasiones esos bulos pueden combatirse desde la clase de Ciencias, y cuando has demostrado dos o tres fake news o pseudociencias, acaba surgiendo una dinámica bonita en la que ellos mismos acaban siendo partícipes, avisando de nuevos bulos y pidiendo la explicación real. Es decir, con el tiempo aprenden a reconocer de qué información desconfiar, aunque aún les falte la base científica a nivel de contenido. ¡Eso es ganar la batalla a la desinformación!

Aún hoy, el porcentaje de chicas que deciden estudiar carreras STEAM sigue siendo menor que el de los chicos, y una de las causas es la falta de referentes femeninos. Siendo profesora de una asignatura de Ciencias y trabajando con adolescentes, ¿crees que esto está cambiando? ¿Qué pueden hacer los docentes para fomentar este cambio?

Sin duda, gracias al cambio social que impulsa el feminismo estamos avanzando en igualdad. Cada vez somos más conscientes de la importancia de los referentes y esto que empieza como un movimiento social acaba teniendo un impacto real en la formación de currículums, libros de texto, etc. No estoy diciendo que esté todo hecho, ni mucho menos, pero sí que está cambiando. Como docentes podemos complementar los referentes femeninos que faltan en nuestros libros de texto (si es que los hay), a la vez que cuidar nuestro lenguaje en el aula o los ejemplos que utilizamos cuando creamos recursos, actividades, exámenes, etc. Por otro lado, empiezan a existir materias de coeducación y también cursos de formación para el profesorado en este tema, y estos espacios de crecimiento ayudan a conseguir nuestro objetivo. Creo que ganas e interés son los principales requisitos en este caso. 

Háblanos de las mujeres que para ti han sido un referente y han influido de alguna manera en tu vida para que decidieras dedicarte a lo que haces ahora.

No sé por dónde empezar. Me sabe mal reconocer que, a nivel de estudios, ninguna científica histórica fue clave para que yo quisiera dedicarme a la Biología. De alguna manera las grandes personalidades me han quedado siempre lejos y creo (no puedo estar segura de esto) que no han influido demasiado en mis decisiones, quizás porque nunca me las han presentado como algo importante, o bien porque me resultan lejanas. Mi pasión por la Biología nace con mi profesora de Ciencias de bachillerato, una docente estupenda que me acompañó durante esos duros años de adolescencia y a la vez me llenó de interés y curiosidad por las ciencias. Mujeres de mi familia que siempre me han animado a estudiar tampoco pueden faltar en esta lista. Y una vez acabada la carrera mi gran referente como divulgadora en YouTube siempre ha sido Sandra Ortonobes (del canal de La Hiperactina), me encantan sus vídeos, su estilo y su contenido; como también me ocurre con Rocío Vidal (La Gata de Schrodinger).

¿Qué consejo darías a las niñas y mujeres que están leyendo esta entrevista y quieren estudiar y dedicarse a carreras STEAM?

Que se mantengan en su decisión. Las niñas suelen tener más interés en cursar carreras STEAM que las adolescentes, y esto es frustrante. Creo que hay una parte de condicionamiento por parte de su entorno que quizás las ubica más en otras áreas, así como una falta de referentes y de condicionamiento social. Pero creo que el mensaje que hay que darles a esas niñas es que no se olviden de que quieren eso, por más que les digan o vean. Creo que en el momento de decidir estudios aún nos queda mucho por madurar, y hay algunos temas que afectan con 16 años (como que en los estudios que quieres cursar no haya ninguna chica) que más adelante ya no parecen tan importantes. No les resto importancia, porque para las adolescentes la tiene, pero me gustaría poderles transmitir que esos obstáculos merece la pena lucharlos.