Talía Bonmatí es periodista de formación y creadora de Dinbeat, una empresa pet centric que utiliza la tecnología para mejorar la vida de los animales. Ha desarrollado un arnés wireless para monitorizar el estado de salud de los animales ingresados en clínicas veterinarias que actualmente está en proceso de adaptación para personas. Recibió el Sello Pyme Innovadora en 2019, otorgado por el Ministerio de Ciencia e Innovación. Talía, además, forma parte del programa Mentora impartiendo charlas a otras mujeres para dar a conocer a referentes femeninas del sector tecnológico.

Eres periodista con formación en gestión de empresas y creadora de dos aplicaciones para facilitar la vida de los animales y sus propietarios, ¿cómo llegaste a desarrollar estas ideas?

Me encantan los animales y la tecnología, he estado toda la vida rodeada de ellos y también soy autodidacta, alrededor de los 13 años aprendí a programar. Quería hacer algo que uniera mis dos pasiones, porque creo que es importante trabajar en algo que realmente te gusta, así que comenzamos haciendo un estudio de mercado preguntando a propietarios de animales y a los profesionales para conocer sus necesidades, qué problemas habían tenido y qué costes, tanto a nivel económico como emocional, y el impacto sobre los propios animales. Fueron los veterinarios los que nos dijeron que tenían problemas para monitorizar a los animales ingresados, debido a los cables que llevan, y que esto, en ocasiones, costaba la vida de los animales cuando no había profesionales en los centros para atenderlos. Trabajamos mano a mano con ellos para lanzar nuestro proyecto Dinbeat UNO, que es un arnés con sensores para monitorizar, en tiempo real y sin cables, a los animales tanto sedados como despiertos.

Dinbeat, tu último trabajo, es un dispositivo en forma de arnés que monitoriza sin cables el estado de salud de los animales, ¿qué ventajas tiene el uso de este arnés para los profesionales de la salud y para los propios animales?

Este arnés lo estamos utilizando con perros y gatos, las ventajas para los veterinarios es que pueden tener una sala de hospitalización completamente monitorizada, enviamos alertas y notificaciones cuando hay algún problema con alguno de los animales ingresados, lo que les permite poder reaccionar rápidamente para salvarles la vida. Con el arnés monitorizamos las constantes vitales mediante electrocardiograma, la frecuencia cardíaca, respiración por minuto, temperatura y su actividad, así como su posición y vocalizaciones. También reduce el estrés del equipo encargado de la hospitalización, ya que al recibir estos avisos no necesitan estar revisando constantemente el estado de los animales. Otra de las ventajas es que digitalizamos todos los datos del animal, que luego se pueden revisar para analizarlo las veces que sean necesarias.

En cuanto a los animales, supone menos estrés para ellos ya que no es necesario manipularlos constantemente para comprobar su estado, ayudando a reducir el tiempo de recuperación. Incluso a los que no necesitan hospitalización, se les envía a casa con el dispositivo puesto y el profesional puede hacer el seguimiento desde la clínica.

Actualmente, hemos comenzado a colaborar con la Universidad Complutense de Madrid para su adaptación al uso con caballos, un proyecto que va a ir creciendo y con el que pretendemos atender cada vez a un mayor número de animales, facilitando también el trabajo a los veterinarios.

Talía Bonmatí

Con la llegada del covid habéis desarrollado una adaptación de este dispositivo para personas, ¿qué ha supuesto para Dinbeat? ¿Os veremos en el futuro trabajando también para la medicina?

Nunca nos habíamos planteado entrar en el campo de la salud humana, ya que es algo completamente diferente a la veterinaria, pero a raíz del covid contactaron con nosotros desde Médicos Sin Fronteras y desde el Instituto Catalán de Salud para preguntarnos si podíamos adaptar el sistema de telemedicina veterinario al uso humano. La situación a la que se enfrentaban de tener que montar hospitales de campaña rápidamente, sin contar con dispositivos ni con las instalaciones necesarias, era complicada y necesitaban agilizar todo este proceso. Nos sorprendió que no existiese ya algo como Dinbeat para personas, así que nos pusimos de inmediato a trabajar mano a mano con ellos. Añadimos una función nueva, imprescindible para los pacientes covid, la pulsioximetría, para medir la saturación de oxígeno en sangre y fabricamos 8 prototipos. Hicimos pruebas en un hospital de campaña en el Instituto Guttman, salió muy bien y creamos el producto final, que ya está en proceso de certificación para poder comenzar a comercializarlo. Esto supuso para nosotros un cambio y una oportunidad, nos encontrábamos en mitad de una ronda de inversión cuando llegó la pandemia, comenzamos a recibir llamadas de algunos inversores que preferían esperar hasta ver qué iba a pasar y perdimos algunos apoyos, pero este proyecto nos abrió otras puertas y nos dio la posibilidad de cerrar otras inversiones.

Con respecto al futuro, creo que seguiremos desarrollando proyectos para la medicina, vamos a reunir a un equipo de especialistas en este campo para poder comercializar otros productos. La idea es estar en contacto con profesionales médicos que nos puedan hablar de sus necesidades y poner la tecnología al servicio de la medicina para darles respuesta y ofrecer soluciones, tal y como se ha hecho con Dinbeat.

En el año 2019 conseguisteis el Sello Pyme Innovadora, otorgado por el Ministerio de Ciencia e Innovación a aquellas empresas que realizan una labor innovadora, ¿qué beneficios ha tenido para vosotros la obtención de esta acreditación?

Esta acreditación nos ha ayudado a obtener reconocimiento, sobre todo a la hora de solicitar subvenciones para nuestros proyectos, ya que se suelen mirar que tu proyecto o tu empresa haya sido reconocida por el Ministerio por su labor de innovación. Lo veo como una retroalimentación, nosotros creamos e innovamos a nivel tecnológico, desde las instituciones nos dan ese reconocimiento y nos otorgan subvenciones y al final ponemos a su servicio nuestros proyectos.

El término “pet tech” (tecnología para mascotas) aún no es muy conocido en nuestro país, ¿crees que ha llegado para quedarse? ¿Cómo ves el futuro del sector?

Pet tech se refiere a la tecnología al servicio de las mascotas, incluso diría que al servicio de los animales, y se acuñó en Estados Unidos, que siempre van varios pasos por delante. Por supuesto que ha llegado para quedarse, de hecho, en Europa el sector mascotas es el que más está creciendo. Cada año hay más empresas que quieren utilizar la tecnología para mejorar el bienestar animal. Esto engloba desde dispositivos domóticos hasta arneses como el nuestro, que está más vinculado a la salud, todo lo que utilice la tecnología para mejorar la vida de las mascotas como la de los pet mates, que es como nosotros llamamos a los propietarios.

En cuanto al futuro, a finales de este año lanzaremos una gama de dispositivos domóticos que se llamará Dinbeat Home Devices, que engloba perfectamente el término pet tech, e incluirá bebederos, camas inteligentes y cámaras, por lo que estaremos utilizando la tecnología para recopilar información que nos ayude a entender y mejorar el bienestar de nuestras mascotas.

Cuéntanos tu experiencia emprendiendo en el sector tecnológico, consiguiendo apoyos y financiación y finalmente lanzando este producto. ¿Cuál es el mayor aprendizaje que has obtenido en este proceso?

Hay muchos aprendizajes a lo largo de ese proceso, pero destacaría, sobre todo, el momento en el que vas a levantar la primera ronda de inversión privada porque nadie te explica lo que tienes que hacer y tienes que ser tú quien se informe de todo. Comienzas a hablar con otras startups pero también hay otros organismos como Barcelona Activa, una agencia de desarrollo local, o Acciò, especialistas en innovación, con los que nosotros trabajamos mucho y que nos han ayudado a presentar la documentación y a seguir los pasos necesarios. Creo que en España tenemos un sistema de startups y organizaciones muy potente que ofrecen apoyo poniendo a nuestra disposición sus recursos para las primeras veces que tienes que hacer algo.

Por otro lado, poder participar en foros también te aporta un aprendizaje, adquieres experiencia a la hora de responder a las preguntas que puedan hacerte, a expresarte. Creo que el aprendizaje principal para todos los emprendedores es la búsqueda de recursos, encontrar a la persona que pueda ayudarte.

Nos gusta preguntar por las referentes femeninas que habéis tenido, háblanos de las tuyas, ¿quiénes han sido y por qué?

A nivel tecnológico, diría que mis primos, con los que me he criado. Ellos siempre estaban “cacharreando”, desmontábamos aparatos y fueron los que hicieron que me picara el gusanillo por la tecnología. Mis padres también fueron una gran inspiración para mí, ambos son autónomos y me ayudaron a dar el paso para emprender, y creo que es muy importante encontrar referentes dentro de tu familia.

Aparte de ellos, formo parte del programa Mentora, donde un grupo de mujeres damos charlas sobre otras mujeres referentes del mundo de la tecnología, y es cuando he empezado a buscar e informarme porque en la escuela no te enseñan nada de esto. No nos hablan de referentes femeninas en este sector, quiénes han logrado diferentes hitos, y creo que es muy importante que se les dé el reconocimiento para que todo el mundo las conozca.

Cuéntanos una experiencia o momento que recuerdes que te hiciera querer dedicarte a lo que haces hoy en día.

He trabajado en diferentes tipos de empresas, pero hubo un punto de inflexión cuando cogí a uno de mis últimos perros, Cachito. Yo estaba trabajando en una startup que no tenía nada que ver con lo que hago ahora, y sentía que lo que hacía ahí no terminaba de hacerme feliz. Cuando más disfrutaba era al llegar a casa y estar con mi perro, llevarle a pasear… Esto fue lo que hizo que me replantearse lo que quería hacer, me encantan la tecnología y los animales, y pensé “¿por qué no hacer algo que una las dos cosas?”. Y ya comenzamos el estudio de mercado y todo el proceso que comentaba al principio. Creo que es importante pararnos a pensar qué es lo que nos hace felices, cuál es la misión que queremos desarrollar y nuestros objetivos. Debemos hacer algo que genere impacto, no solo para el mundo, sino para ti misma, que estés convencida de lo que estás haciendo porque si no, al final, es muy fácil perder la motivación haciendo algo que no te llena.

Para terminar, ¿qué consejo darías a las niñas y mujeres que están leyendo esta entrevista y quieren dedicarse a carreras STEAM o emprender en el sector tecnológico?

La recomendación que les daría es que no se preocupen, que no tengan miedo y se lancen a hacer lo que les gusta, creo que las únicas limitaciones que existen ahora mismo son las que nos autoimponemos. Incluso aunque no estudien ninguna carrera relacionada con la tecnología pueden aprender cualquier cosa a través de internet, solo necesitan es motivación, disciplina y lanzarte. Esto no es una cosa de hombres ni de mujeres, es una cosa de todos.