Marina Sánchez y Sara Peláez son las creadoras de UBRA, un sujetador inteligente capaz de detectar de forma precoz el cáncer de mama. Marina Sánchez está graduada en Medicina y Logopedia, con un Máster en Trastornos de la Comunicación y el Lenguaje, así como en Programación Neurolingüística e Innovación educativa. Mientras que Sara Peláez está graduada en Liderazgo, Emprendimiento e Innovación y ha emprendido en proyectos y trabajado en consultoría tanto en el sector privado como en el público. Ambas profesionales han unido sus conocimientos y habilidades para fundar UBRA.
Hola Marina, eres logopeda, doctora en Medicina, emprendedora e investigadora en el sector salud. ¿Qué te llevó a elegir este camino del emprendimiento con impacto social?
La medicina y la logopedia son profesiones sanitarias principalmente asistenciales, en las que estás en contacto continuo con personas que generalmente te exponen sus problemas, circunstancias y necesidades. Ante estas situaciones los profesionales sanitarios intentamos ayudarles y acompañarles a encontrar las posibles soluciones. A veces, te encuentras que los recursos de los que dispones actualmente, ya sean tanto materiales como personales, son escasos, insuficientes, o directamente no existen. Cuando llegamos a este punto, generalmente las personas algo más curiosas, inquietas e inconformistas tendemos a intentar generar nuevas ideas con posibles soluciones y creemos que somos capaces de encontrar los medios necesarios para intentar ejecutarlas y trasladarlas a la sociedad.
A mi parecer el emprendimiento social no deja de ser un trabajo cooperativo, que requiere continuamente un feedback de esas personas que nos han inspirado a querer encontrar soluciones, complementarias, alternativas y por qué no sustitutivas, a las que ya existen. Por ello aprovechamos a invitar a todas las mujeres que nos lean a nuestra comunidad de mujeres en UBRA a través de la web.
Eres una de las cofundadoras del proyecto UBRA, el sujetador inteligente para monitorizar, detectar y prevenir el cáncer de mama. ¿Cómo surge esta idea y quiénes estáis trabajando en ella?
La idea surgió en el Hospital Vall d`Hebron, yo era estudiante de medicina y en ese momento estaba realizando prácticas en el servicio de Ginecología. Allí llegó una chica de 26 años, a la cual le habían diagnosticado un cáncer de mama en un estadio muy avanzado, con muy mal pronóstico. Esto fue algo que emocionalmente me marcó y a su vez me sorprendió muchísimo, pensé que ella podría haber tenido toda la vida por delante, igual que la tenía yo. Ahí, pensé, ¿qué es lo que llevamos las mujeres todo el día puesto que podría permitir monitorizar los senos? Y se me ocurrió la idea del sujetador.
Fue justo pocos meses después, cuando junto a Sara Peláez, fundamos UBRA. Ella es una gran amiga desde hace años, mucho más experimentada que yo en campos como el emprendimiento y la innovación. Juntas estaba claro que éramos más fuertes y acabamos de dar forma y sentido a este proyecto. Pensamos en cómo ir más allá, para nosotras es muy significativo humanizar la medicina, por lo que planteamos la idea de fusionar el producto con una App que disponga de servicios destinados a la mujer, generando una comunidad y creando una Escuela de mujeres donde podamos empoderarlas de salud.
En UBRA somos un equipo multidisciplinar con diferentes perfiles profesionales en ingeniería, matemática, diseño, medicina, empresa, sostenibilidad, derecho, entre otras; además de contar con asesores senior de diferentes disciplinas.
UBRA ha sido reconocido con el premio del emprendimiento Explorar de Banco Santander y con el premio XIII CIEU-FEIE 2022 en la categoría Impacto social y sostenibilidad. ¿Cómo la unión de tecnología, ciencia y moda se convierte en una idea innovadora y premiada?
Innovar etimológicamente procede del término latín “innovare” que hace referencia a cambiar, alterar las cosas introduciendo novedades. En UBRA trabajamos desde esta perspectiva, y apostamos por generar un valor adicional mediante la fusión de “Moda”, “Ciencia” y “Tecnología”.
Por un lado, la moda está muy relacionada con el empoderamiento y la sexualidad de la mujer, el sujetador es una prenda de vestir especialmente femenina y de uso cotidiano. En el mercado ya existen otros wearables como relojes, cinturones, camisetas, gafas, incluso bastones que permiten obtener información de parámetros de salud muy valiosos tanto a título personal, como de ayuda a los profesionales sanitarios, ya que permiten una mayor compresión de las enfermedades, anticipar el pronóstico, incluso monitorizar el curso o la respuesta al tratamiento; pues hasta día de hoy están ayudando a mejorar la salud y calidad de vida de las personas.
La tecnología incorporada aporta un valor añadido que nos ofrece otras ventajas adicionales como proporcionar el autoconocimiento, la independencia, la automatización y la conectividad a distancia poniendo solución a muchos de los problemas asistenciales que nos encontramos. A estos dos componentes le añadimos otro esencial que es la medicina y la ciencia, nuestro propósito es mejorar la salud y facilitar la calidad de vida de las mujeres ya que estamos viviendo una transición en nuestros estilos de vida, a través de muchos cambios como el de la inserción de la mujer al mundo laboral, el retraso de la maternidad, entre otros. Y ello requiere una adaptación especial a esas situaciones.
Dentro del proyecto también nos encontramos con Sara Peláez de la Rocha, también emprendedora y con experiencia en el sector salud. Cuéntanos Sara, ¿Cuáles son los retos de emprender en el sector salud?
En mi humilde opinión el sector salud implica una gran responsabilidad ya que estás impactando en lo más fundamental: las personas. Esto hace que nos encontremos muchos reglamentos que ralentizan los desarrollos, por eso creo que es fundamental incorporar la vertical tiempo y desarrollar paciencia con un foco de atención y unos objetivos claros para todo el equipo. Aún así, soy optimista y confío en que se están realizando avances significativos que permiten aportar valor más rápido en el mercado.
UBRA es un proyecto creado por mujeres y dirigido a mujeres. ¿Creeis que a la medicina le hace falta una visión diferente, más orientada a la tecnología, a la innovación y con perspectiva de género?
Hemos normalizado el uso de wearables y su aplicación para muchos tipos de enfermedades como las cardíacas, pulmonares, endocrinológicas, incluso las enfermedades degenerativas independientemente del sexo. ¿Por qué no íbamos a hacerlo con las patologías mamarias, si son tan prevalentes en la mujer? A veces desde el sector médico a la hora de investigar e innovar no tenemos tan presentes esas diferencias interindividuales e intraindividuales que existen entre ambos sexos. Las mujeres estamos expuestas de forma cíclica a cambios hormonales que influyen no solamente en variaciones anatómicas y fisiológicas de nuestros órganos corporales, sino en cómo pensamos, en cómo nos sentimos y cómo nos relacionamos.
Decidimos focalizarnos especialmente en cáncer de mama, ya que es el tumor maligno más común a nivel mundial, afectando a 2,2 M de mujeres. Es una enfermedad con gran impacto físico, psíquico y social donde aún a pesar de los grandes esfuerzos y avances en diagnóstico y terapéutica nos enfrentamos a grandes retos, entre ellos: diseñar herramientas diagnósticas teniendo en cuenta las características físicas y psíquicas de una mujer; fomentar la prevención y la educación en salud reproductiva; el autoconocimiento y la autogestión sobre nuestro propio cuerpo; y el acompañamiento emocional teniendo en cuenta esas diferencias que existen entre nosotras.
¿Cómo veis el futuro de la medicina para mejorar la prevención? ¿Cómo puede ayudar la tecnología en ello?
La prevención en la salud debería de ser nuestra máxima prioridad social.
Está más que demostrado que una persona sana, vive más conectada al resto de seres vivos, a su entorno, con el planeta, es mucho más productiva y funcional a nivel laboral, está generalmente alineada con su propósito vital y siente una mayor gratificación y sensación de plenitud.
Sin embargo, durante muchos años hemos normalizado la patología, y me atrevería a decir que “somos especialistas” en curar y en cronificar las enfermedades y poco activistas en cómo influir y fomentar la salud de las personas para que vivan desde un estado de bienestar y sean más felices.
La tecnología puede ayudarnos siempre y cuando se haga de ella un uso adecuado, además se contempla dentro de la medicina del presente y futuro de las 5Ps: personalizada, predictiva, preventiva, participativa y poblacional. Pues el objetivo de esta no debería de ser otro que el de facilitar la vida de las personas y otorgar mejor calidad de vida, sin incrementar las desigualdades sociales que actualmente ya existen, ni fomentar la brecha de género.
Nos gustaría que mencionarais a aquellas mujeres que han sido un referente a lo largo de vuestra vida, ¿quiénes han sido y por qué?
Para nosotras han sido y son referentes las mujeres más cercanas, al final es de lo que más nos nutrimos. Desde abuelas, madres, hasta el círculo de amistades más cercanas. Los motivos: nos han educado en valores, ofreciéndonos la oportunidad de crecer y madurar en un entorno saludable, sin juicios ni prejuicios, con soporte emocional, inspirando y respetando todas las decisiones y procesos vitales, acompañándonos en cada paso.
Para terminar, os pedimos un consejo para las niñas y mujeres que están leyendo esta entrevista y quieran emprender en el sector STEAM.
En primer lugar, comentarles que son muy necesarias y que en el ámbito de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemática tienen mucho valor que aportar y donde ser ellas mismas.
Además podrán:
- Aportar diversidad y perspectiva de género a través de su forma de pensar y experiencia.
- Representar a las mujeres y tener la oportunidad de inspirar a otras niñas y mujeres.
- Generar igualdad de oportunidades, las mujeres han estado subrepresentadas y se han enfrentado a muchas barreras y prejuicios para ingresar a estas áreas.
- Formarán parte del futuro de la economía global.