Macarena Espinilla es docente, investigadora, catedrática y responsable del grupo de investigación ASIA (Avances en Sistemas Inteligentes y Aplicaciones) de la Universidad de Jaén. A los 38 años, fue nombrada la catedrática más joven de España en el área de Ingeniería Informática. Su relevante investigación en inteligencia artificial, dispositivos con sensores y entornos inteligentes, ha sido reconocida en el año 2022 recibiendo una medalla en los Premios Jóvenes Investigadores de la Real Academia de Ingeniería y con el Premio Margarita Salas en la categoría de trayectoria científica.

Hola Macarena, eres la primera mujer que hizo el doctorado en Informática en la Universidad de Jaén, con el que obtuviste una mención internacional y el premio extraordinario. ¿Cómo te hizo sentir?

Me sentí honrada y agradecida por haber recibido estos premios y menciones al inicio de mi carrera investigadora. Mi tesis doctoral se centró en la propuesta de modelos de evaluación sensorial para clasificar muestras de aceite de oliva con información lingüística. Por vivir en Jaén, la provincia con la mayor producción mundial de aceite de oliva, me enorgullece haber contribuido con mi tesis doctoral a la investigación en un sector tan importante para mi región.

La realización de mi tesis doctoral marcó el comienzo de mi carrera científica llena de aprendizajes y de crecimiento personal y profesional. A lo largo de mi carrera, he tenido la oportunidad de trabajar en una variedad de proyectos de investigación en diferentes áreas. Cada proyecto presentaba sus propios desafíos y particularidades, pero lo que más me ha sorprendido es cómo los conocimientos y habilidades que he adquirido me han permitido moverme de una línea de investigación a otra, gracias a la dedicación y el esfuerzo constante que he puesto en mi trabajo. Los sólidos fundamentos que he construido en áreas como la lógica difusa y los entornos inteligentes me han permitido aplicar estos conocimientos a nuevos campos, lo que ha ampliado enormemente mis oportunidades de investigación. En la actualidad, me enfoco en el uso de dispositivos con sensores y técnicas de inteligencia artificial para mejorar la calidad de vida de las personas a través del reconocimiento de actividades.

A día de hoy, eres docente e investigadora que aplica la informática en el ámbito de la salud, ¿cómo ha sido el proceso de unir tecnología y biomedicina? ¿Por qué?

Hace aproximadamente 10 años, comenzó a resonar en mí una vocación por proponer soluciones reales que mejoraran la calidad de vida de las personas. Decidí dar un paso más allá de la investigación teórica y me enfoqué en la investigación aplicada, donde los usuarios reales son los principales beneficiarios. Fue entonces cuando emprendí el camino de combinar técnicas de inteligencia artificial y dispositivos con sensores para la atención sociosanitaria y la mejora de la calidad de vida de las personas. Cada día, me apasionaba más la tecnología y la salud, sabiendo que podía marcar una diferencia real en la vida de las personas. 

Desde entonces, he tenido la oportunidad de trabajar junto a investigadoras e investigadores extraordinarios, tanto a nivel profesional como personal, quienes hemos trabajado incansablemente para hacer realidad esta visión. Estoy orgullosa de que nuestro grupo de investigación ASIA, de la Universidad de Jaén, haya contribuido a soluciones innovadoras que mejoran la calidad de vida de las personas a través del reconocimiento de actividades con sensores con técnicas de inteligencia artificial.

Has recibido una medalla de la Real Academia de Ingeniería (RAI) por tus investigaciones en el área de reconocimiento de las actividades de las personas con técnicas de inteligencia artificial a partir de datos de sensores destinados a mejorar la calidad de vida. Cuéntanos un poco más de este proyecto.

Para mí, recibir la medalla de la Real Academia de Ingeniería representa un gran logro y un reconocimiento al arduo trabajo y dedicación que he puesto en mi carrera como investigadora en el campo de la inteligencia artificial aplicada a la salud. En particular, se me ha concedido la medalla por mi investigación en el reconocimiento de las actividades de las personas a partir de datos de sensores. Estos sensores se ubican en el entorno de la persona, como en su hogar, y permiten capturar información sobre su comportamiento y actividad física. Utilizando técnicas avanzadas de inteligencia artificial, analizamos y comprendemos los patrones de movimiento de la persona, lo cual puede resultar muy útil para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades, la prevención de caídas y otros problemas de salud.

Esta medalla de la RAI no solo es un reconocimiento a mi investigación, sino también a todo mi equipo y colaboradores, quienes han contribuido significativamente a estos resultados. Además, esta medalla me impulsa a seguir adelante en mi carrera científica y a continuar trabajando en proyectos que tengan un impacto positivo en la sociedad y en la salud de las personas. También me compromete a compartir mis conocimientos y experiencias con otros jóvenes investigadores, inspirándolos a seguir sus pasiones y a no rendirse en alcanzar sus objetivos.

Como mujer ingeniera, ¿cuál es el reto más complicado al que te has enfrentado y cómo lo has sorteado?

Durante mi carrera de investigación, he enfrentado muchos desafíos. Sin embargo, el reto más importante que he asumido ha sido liderar, junto a nuestro grupo de investigación ASIA, la transferencia de los sistemas de reconocimiento de actividades realizadas en nuestro laboratorio, a entornos reales. Este proceso implicó instalar los dispositivos con sensores en residencias o domicilios de personas mayores, lo cual requirió un gran esfuerzo y compromiso por parte de todo el equipo. Estoy muy orgullosa de haber alcanzado este hito, ya que he visto cómo nuestros sistemas han tenido un impacto real y positivo en la vida de las personas mayores. Este logro ha sido significativo en nuestro grupo de investigación, y estamos ansiosos por seguir trabajando en proyectos con los usuarios finales para asegurarnos de que nuestros desarrollos tengan un impacto directo y significativo en la calidad de vida de las personas.

Macarena recibiendo la medalla RAI

¿Recuerdas alguna experiencia o un momento que te hiciera darte cuenta de que te querías dedicar a esto?

Fue el momento en el que quise abordar los desafíos del envejecimiento de la población y darles una respuesta. El envejecimiento de la población es un problema creciente en todo el mundo, y la demanda de soluciones para mejorar la calidad de vida de las personas mayores y ayudarles a mantener su independencia y autonomía en el hogar, estaba aumentando constantemente. El reconocimiento de actividades con sensores ayuda a monitorizar y detectar actividades importantes como la alimentación, el baño, la toma de medicación o la actividad sedentaria, lo que puede ser especialmente importante para personas mayores que vivan solas. Por lo tanto, el reconocimiento de actividades con sensores tiene el potencial de abordar esta demanda al permitir que las personas mayores vivan de manera independiente y segura en su hogar durante más tiempo.

¿Cuál era tu visión de la tecnología cuando comenzaste a estudiar ingeniería informática y cuál es a día de hoy? 

En mi opinión, la visión de estudiar Ingeniería Informática hoy en día es tener la capacidad de crear soluciones innovadoras para problemas complejos en diversos campos, como la salud, la educación, la industria, la seguridad y muchos otros. Los avances tecnológicos están transformando rápidamente el mundo en que vivimos, y aquellas personas que estudian Ingeniería Informática tienen la oportunidad de liderar el camino al desarrollar soluciones que sean sostenibles, accesibles y adaptables a las necesidades de las personas y las empresas. Además, la Ingeniería Informática ofrece una gran cantidad de oportunidades profesionales, tanto en el ámbito de la investigación y el desarrollo como en la gestión y la dirección de proyectos tecnológicos. Cuando empecé a estudiar Ingeniería Informática no sabía que esta titulación ofrecía ser un agente de cambio positivo y hacer una contribución significativa a la sociedad a través de la innovación y el desarrollo de tecnologías de vanguardia.

Como mujer, emprendedora e ingeniera, ¿cómo crees que cambiaría el mundo de las TIC si hubiera más mujeres en él?

La inclusión de más mujeres en el campo de las TIC traería numerosos beneficios para el mundo en general. En primer lugar, la diversidad de perspectivas y experiencias que aportan las mujeres enriquecería la toma de decisiones en la creación de productos y servicios tecnológicos. Además, la presencia de mujeres en posiciones de liderazgo en el sector TIC serviría de modelo a seguir para jóvenes mujeres que buscan desarrollar su carrera en este campo, lo que a su vez fomentaría la equidad de género en el mercado laboral y en la sociedad en general. Asimismo, la inclusión de más mujeres en la industria TIC podría aumentar la innovación y creatividad en la resolución de problemas y en la generación de nuevas soluciones tecnológicas.

Para terminar, ¿qué consejo darías a esas niñas y mujeres que están leyendo esta entrevista y quieren dedicarse a carreras STEAM?

Mi consejo para aquellas niñas y mujeres que quieren dedicarse a carreras STEAM es que se mantengan enfocadas en su objetivo y no se desanimen ante los obstáculos que puedan encontrar en el camino. Es importante rodearse de una comunidad de apoyo, ya sean amigos, familiares o mentoras, que les brinden aliento y les proporcionen recursos y oportunidades para aprender y crecer en su campo de interés. También es importante buscar modelos a seguir y aprender de la experiencia de otras mujeres en su campo. Y, por último, es fundamental creer en sí mismas y tener confianza en sus habilidades y potencial para alcanzar sus metas. Con perseverancia, dedicación y trabajo duro, cualquier persona puede tener éxito en una carrera STEAM y hacer una contribución significativa en su campo y en el mundo.

Talent Woman 2022