Innovadoras TIC charla con María López, CEO de Bitbrain. 


Hola María. Para poner en contexto a quienes están leyendo esta entrevista nos gustaría que nos contases tu formación y experiencia antes de crear Bitbrain. 

En mi familia tenemos muchos matemáticos (mis padres, mis tíos, mi abuelo…), pero curiosamente cuando les comenté que quería estudiar la carrera de matemáticas, tanto mis padres como los orientadores del instituto me lo desaconsejaron (nadie podía imaginarse el boom que el big data y la Inteligencia Artificial iba a tener en las salidas profesionales de los matemáticos). No sé si fue cosa de la genética o qué, pero me empeñé y me licencié en matemáticas. Además, supongo que debido a toda esa cantinela de “las matemáticas sólo te servirán para ser profesora”, durante la carrera monté una asociación de estudiantes para buscar salidas profesionales de los perfiles de ciencias al margen de la docencia.

Esto me permitió acercarme al mundo empresarial siendo muy joven y reflexionar sobre la transferencia empresa-universidad. Aunque decidí seguir estudiando y hacer la tesis doctoral, esa experiencia siempre me ha acompañado.

Estudiaste matemáticas y de ahí a doctora en ingeniería informática, ¿cómo terminaste en el mundo de la neurociencia y la neurotecnología?

Durante mi tesis doctoral conocí a Javier Mínguez, que justo estaba empezando una nueva línea de investigación en neurotecnología en mi mismo departamento. La verdad es que me pareció un área fascinante y con muchas posibilidades y me empecé a interesar por toda la investigación de Javier y su equipo.

¿Cómo surge la idea de crear Bitbrain?

Pues creo que fueron dos factores, por un lado, la repercusión mediática que tuvo la investigación de Javier hizo que nos tuviéramos que enfrentar a la pregunta de cuándo la neurotecnología llegaría a la sociedad. Por otro lado, ese contacto previo que yo había tenido con el mundo empresarial y que me había hecho convencerme de la importancia de transferir resultados de investigación a la sociedad hizo que le planteara a Javier montar juntos Bitbrain.

Bitbrain nace hace ya 10 años, ¿cómo recuerdas esos comienzos? ¿cuáles eran sus principales objetivos y líneas de actuación?

Visto con perspectiva me doy cuenta que fuimos unos verdaderos inconscientes… Lo que teníamos era una tecnología en busca de un problema y eso no es lo ideal para montar una empresa. Al final, lo importante es que haya una necesidad y luego la tecnología debe ser la herramienta para resolver esa necesidad. En cualquier caso, nos sobraba energía y ganas de hacer grandes cosas, así que después de algunos errores de principiante, empezamos a encauzar la empresa. Y lo cierto es que, el objetivo a alto nivel de Bitbrain
sigue siendo el mismo que hace unos años: poder acercar la neurotecnología a la sociedad.

¿Qué aplicaciones tiene la combinación de neurociencia, inteligencia artificial y hardware para desarrollar productos innovadores?

Bueno, la neurotecnología es lo que se llama una deep tech, es decir, una tecnología que puede aplicarse en multitud de ámbitos. Podemos usarla para entender mejor nuestras reacciones no conscientes, para entrenar nuestro cerebro o para tener una interacción directa entre nuestro cerebro y nuestro coche. Y esto son sólo algunos desarrollos que hemos hecho en Bitbrain, pero lo cierto es que, aunque a día de hoy ya se nos ocurren un montón de aplicaciones, probablemente las aplicaciones más fascinantes todavía no las haya propuesto nadie… Realmente el potencial es increíble y eso hace que trabajar en esta área sea verdaderamente excitante.

Desde esos primeros años hasta ahora, ¿cómo ha sido su desarrollo y cómo han cambiado vuestras líneas de negocio?

Creo que uno de los motivos por los que Bitbrain sigue todavía en pie y creciendo es que hemos sido capaces de ir adaptando nuestras líneas de negocio a la madurez del mercado y de la tecnología. Empezamos vendiendo herramientas para investigar en las universidades, fuimos capaces de sacar la tecnología del ámbito universitario y llevarla a los institutos de investigación de mercados, y hemos logrado trabajar con grandes corporaciones
para aplicaciones mucho más sofisticadas también fuera del laboratorio.

En los últimos ocho años, Bitbrain ha recibido más de 25 reconocimientos internacionales a la innovación y al desarrollo empresarial, ¿qué han supuesto estos premios para la entidad?

Obviamente los reconocimientos son una gran ayuda para fortalecer tu imagen de marca hacia fuera, pero, sinceramente, creo que el mayor valor de estos reconocimientos es el efecto que tiene hacia dentro, es decir, en el equipo. Es una forma de decirle al equipo: “Estamos haciendo un trabajo excelente y, no es que lo diga yo, es que lo dice XXX” y eso hace que nuestra motivación y confianza en nosotros mismos crezca.

Habéis abierto sede en EE.UU. y continuáis cerrando distribuidores en China y otros países, ¿cuál es la proyección de futuro de Bitbrain en otros 10 años?

Estamos trabajando muy duro para hacernos una imagen de marca fuerte en neurotecnología a nivel internacional. Queremos que se nos reconozca como una empresa que sabe hacer las cosas bien, de momento en los mercados que estamos (B2B) pero en breve en gran consumo (B2C).

Como mujer ingeniera, ¿crees que ha habido momentos en tu carrera en los que has tenido que hacer un esfuerzo mayor para que viera reconocido tu trabajo?

Personalmente yo no he sentido que haya estado en peores condiciones que mis colegas hombres. De todas formas, estudiando el cerebro no consciente como lo estudio, es posible que sea más tolerante a algunas reacciones que desgraciadamente nuestra sociedad (tanto hombres y mujeres) tenemos adquiridas y que yo sé que no son ni conscientes ni tienen una mala intención, pero que pueden ser percibidas como una ligera discriminación.

Esto hace que me sienta menos preocupada y, por lo tanto, el sesgo de confirmación no actúe tanto en mí. Para los que no estéis familiarizados con él, el sesgo de confirmación es el que hace que le prestes más atención a aquello en lo que crees. Por lo tanto, si tú o una persona cercana a ti ha vivido una situación clara de discriminación, vas a tener motivos para sentirte discriminada y vas a estar con la antena puesta, percibiendo mucho más esas reacciones no conscientes que la sociedad tiene hacia las mujeres. Afortunadamente yo nunca he vivido una situación extrema, por lo tanto, es posible que en algún momento haya sido objeto de una ligera discriminación o que haya tenido que hacer más esfuerzo, pero la realidad es que no lo he percibido.

Creemos en la importancia de visibilizar a mujeres influyentes en las TIC para las niñas del mañana, ¿has tenido referentes femeninos que te hayan servido de inspiración en tu carrera?

Sí. Cuando estudié la carrera de matemáticas me gustaba leer sobre la historia de las matemáticas y la verdad es que me impactaron muchísimo historias como la de Emmy Noether y otras muchas matemáticas a las que no se les dejaban estudiar, no se les dejaban dar clases y no se les permitían publicar artículos. Pese a todo, su pasión por la ciencia les hizo superar estos obstáculos y desarrollar teorías matemáticas que son la base de multitud de avances actuales.

¿Qué consejos les darías a todas esas niñas y mujeres que quieren emprender en el sector tecnológico?

Nuestra sociedad todavía transmite a las niñas y a las mujeres que no servimos para la ciencia y la tecnología. Lo hacemos sin darnos cuenta: ¡yo misma a veces lo hago sin darme cuenta con mi hija! Mi consejo es que sigan su pasión y hagan oídos sordos a todos los estímulos que les pueden llegar sobre su falta de capacidad. Para eso hay que tener mucha personalidad y mucha confianza en una misma, así que nuestra tarea como padres, no sólo es tratar de detectar y combatir nuestros propios sesgos, sino sobretodo darles confianza en sí mismas para que luchen por lo que ellas realmente quieran hacer con su vida, sin darle demasiada importancia a los estímulos externos.