Cristina Aleixendri es ingeniera aeronáutica y cofundadora de Bound4Blue, un sistema de propulsión sostenible para barcos que reduce el consumo de combustible y las emisiones del sector naval, que transporta el 90% de las mercancías a nivel mundial y es uno de los más contaminantes. En 2017 fue seleccionada como una de las 50 personas emprendedoras más prometedoras de Europa. En 2020 recibió el premio Innovación y Emprendimiento Femenino de FEDEPE y el premio Women EIT para mujeres emprendedoras del ámbito tecnológico. En 2021 recibió el Premio Women in Tech Start – Up. Además, colabora en programas de voluntariado como “Yo, jefa” o “Inspiring Girls”, para empoderar a todas las mujeres y niñas a elegir a lo que quieran dedicarse.


Cristina, eres ingeniera aeronáutica y has participado en varios programas de emprendimiento hasta tener tu propia empresa. ¿Cómo ha sido el camino?

Emprender no ha sido un camino fácil. Cuando estudiaba ingeniería me di cuenta que en la carrera no nos preparan para emprender, terminamos los estudios siendo grandes ingenieros e ingenieras pero no sabemos cómo crear o dirigir una empresa a no ser que después queramos especializarnos y nos formemos en ello. Por eso, haber sido incubados, por ejemplo, por la Agencia Espacial Europea y poder presentar nuestro proyecto fue una gran oportunidad y un gran apoyo para nosotros, además del aporte económico nos ha abierto puertas en el mercado y nos ha dado la oportunidad de conocer a otras empresas del sector con las que hemos podido trabajar después, es decir, nos ha dado visibilidad a nivel europeo e internacional. También en nuestro país hemos contado con grandes oportunidades. A veces, nos preguntan por qué lanzamos la empresa aquí, y creo que no hemos podido tener mejor acogida. El sector marítimo en España nos ha apoyado de tal forma, en todas las etapas de la compañía, desde Navantia cuando empezamos la empresa, hasta Astander cuando quisimos instalar las velas, o armadores que ofrecían sus barcos para hacer pruebas.

Bound4Blue es un sistema de propulsión sostenible para barcos. ¿Cómo surge esta idea?

La idea surgió junto con mis compañeros Jose Miguel y David como solución a un problema. Desde Bound4Blue lo que hacemos es reducir el consumo de combustible y las emisiones del sector naval, que transporta el 90% de las mercancías a nivel mundial y es uno de los más contaminantes. Con el cambio de regulación medioambiental, que obliga a este sector a utilizar combustibles más limpios pero con un mayor coste, se nos ocurrió aplicar la tecnología actual para crear un sistema de velas, más parecido a las alas de un avión, que ayuda a propulsar los barcos utilizando una energía renovable e ilimitada como es el viento. Este sistema ayuda a reducir tanto los costes en combustible como las emisiones contaminantes.

Sistema Bound4Blue instalado en el barco La Naumon

Trabajas en el sector de la navegación, que sigue siendo mayoritariamente masculino, ¿cuál es tu experiencia en él?

Como dato, aproximadamente el 2% de los marineros son mujeres y 1 de cada 10 emprendedores en el sector náutico son mujeres, con lo que la presencia de compañeras es bastante escasa. En Bound4Blue no somos solamente innovadores en ese sentido, sino que además somos un equipo joven, algo que también rompe barreras. Pero si nos centramos en la falta de mujeres en este sector, creo que es algo que viene desde la infancia, debido a la falta de referentes femeninos para las niñas que las animen a dedicarse a lo que realmente quieren. Al final, si en las carreras del ámbito científico o tecnológico hay un número muy pequeño de alumnas, eso se traducirá en un porcentaje igualmente bajo de mujeres profesionales en esos sectores, por lo que es la pescadilla que se muerde la cola. Por eso hay que fomentar que, desde pequeñas, las niñas puedan sentirse libres de escoger lo que les gusta.

En 2020 recibiste el premio Women EIT para mujeres emprendedoras del ámbito tecnológico, ¿qué ha supuesto en tu carrera?

El reconocimiento es muy importante así como el aporte económico que nos ayuda a continuar, pero además te da visibilidad y la oportunidad de conocer a otras mujeres del sector, ver que cada día somos más y establecer una red de contactos y apoyo. Como suelo decir, si cada mujer emprendedora empoderase a otras dos y las animase de esta manera a emprender en el sector tecnológico, apoyándolas, el número de emprendedoras crecería de manera exponencial, por eso es necesario este tipo de premios que den visibilidad a las mujeres.

Has colaborado en programas de voluntariado como “Yo, jefa” o “Inspiring Girls”, ¿por qué crees que son importantes este tipo de iniciativas?

Con “Yo, jefa” he tenido la oportunidad de ser mentora de una alumna que ha desarrollado una app para mejorar la comunicación de personas que hablan Lengua de Signos, y con Inspiring Girls acudo a colegios a dar charlas para visibilizar a las mujeres del ámbito tecnológico y emprendedor, para que las propias alumnas conozcan referentes femeninos en estos sectores y sepan que hay otras mujeres en las que se pueden inspirar y sentirse reflejadas. Creo que estas iniciativas siguen siendo necesarias porque aún hoy sigue habiendo diferencias entre hombres y mujeres, sigue habiendo dificultades para que la mujer pueda acceder a ciertos puestos de trabajo, o incluso que te tomen en serio. Por suerte, en mi casa siempre me han apoyado para que estudiase lo que quisiera, y me di cuenta de esas diferencias entre hombres y mujeres en el momento en que salí de casa. En la carrera te encuentras con un profesor que te dice que no le avises si fabricas un avión, o cuando estás trabajando y te ven te dicen “ah, tú eres ingeniera, pensé que eras la secretaria”, cosas que no te encuentras hasta que sales al mundo real. Por eso creo que es importante para las niñas contar con mujeres referentes con las que puedas hablar, que te animen y que te inspiren.

¿Crees que se está invirtiendo lo suficiente por un futuro más sostenible? ¿Cuáles son las tendencias actuales en tecnologías limpias?

Creo que se necesita una mejor gestión del dinero público a todos los niveles y establecer unos objetivos prioritarios, un país no es una empresa y no debe gestionarse como tal. Si queremos llevar a nuestro país a unos niveles o llegar a unos objetivos, es importante marcar una estrategia que no cambie según quien esté gobernando. En España, durante mucho tiempo, parece que la Industria ha sido relegada a un segundo lugar, como si no tuviera cabida, y la industria genera puestos de trabajo decentes. En nuestro caso, uno de los objetivos de formar la compañía no era solo hacer algo sostenible en un sector que lleva el 85% de la carga mundial, sino el poder crear puestos de trabajo buenos y estables. No quiero generar una burbuja, quiero generar una industria, y quiero que tenga valor y lo aporte a mi país y al resto de Europa. Nosotros fabricamos en el norte de España, y creo que falta un alineamiento para invertir en la industria que se está moviendo hacia la transición energética. Por ejemplo, Alemania, teniendo menos horas de sol, ha instalado más placas solares que España, y es impensable que un país como el nuestro no esté aprovechando todas las fuentes energéticas que tiene a su alcance. Creo que debe ser el propio gobierno quien se encargue de que esto ocurra teniendo la energía solar o la eólica, que se deben seguir explotando. Por otro lado, a nivel de startups, si nos vamos a otros países como, por ejemplo, Suecia, solamente por presentar un proyecto como el nuestro el propio gobierno ofrece un enorme apoyo económico para que salga adelante, y en España esa inversión es muchísimo menor. Quizá haría falta un plan más decente para inversores en este sector donde la rentabilidad es muy buena pero a largo plazo, ofreciendo ciertas ventajas a quienes quieran invertir en él, porque al final, tenemos fuga de talentos, la gente acaba yéndose a otros países donde saben que van a invertir en su proyecto, donde se les pague bien y puedan desarrollar sus ideas.

Formáis parte de la ‘Alianza Net-Zero MAR’, una plataforma colaborativa para impulsar la descarbonización y electrificación marítima. ¿Qué objetivos os habéis marcado?

Creo que se necesita una mejor gestión del dinero público a todos los niveles y establecer unos objetivos prioritarios, un país no es una empresa y no debe gestionarse como tal. Si queremos llevar a nuestro país a unos niveles o llegar a unos objetivos, es importante marcar una estrategia que no cambie según quien esté gobernando. En España, durante mucho tiempo, parece que la Industria ha sido relegada a un segundo lugar, como si no tuviera cabida, y la industria genera puestos de trabajo decentes. En nuestro caso, uno de los objetivos de formar la compañía no era solo hacer algo sostenible en un sector que lleva el 85% de la carga mundial, sino el poder crear puestos de trabajo buenos y estables. No quiero generar una burbuja, quiero generar una industria, y quiero que tenga valor y lo aporte a mi país y al resto de Europa. Nosotros fabricamos en el norte de España, y creo que falta un alineamiento para invertir en la industria que se está moviendo hacia la transición energética. Por ejemplo, Alemania, teniendo menos horas de sol, ha instalado más placas solares que España, y es impensable que un país como el nuestro no esté aprovechando todas las fuentes energéticas que tiene a su alcance. Creo que debe ser el propio gobierno quien se encargue de que esto ocurra teniendo la energía solar o la eólica, que se deben seguir explotando. Por otro lado, a nivel de startups, si nos vamos a otros países como, por ejemplo, Suecia, solamente por presentar un proyecto como el nuestro el propio gobierno ofrece un enorme apoyo económico para que salga adelante, y en España esa inversión es muchísimo menor. Quizá haría falta un plan más decente para inversores en este sector donde la rentabilidad es muy buena pero a largo plazo, ofreciendo ciertas ventajas a quienes quieran invertir en él, porque al final, tenemos fuga de talentos, la gente acaba yéndose a otros países donde saben que van a invertir en su proyecto, donde se les pague bien y puedan desarrollar sus ideas.

Háblanos de las referentes femeninas que has tenido, ¿Qué mujeres te inspiraron en su día?

Me gustaría nombrar a mi madre, que cuando le dije que en lugar de Medicina iba a estudiar Ingeniería se alegró también por mí y me empoderó tanto. Mi hermana, mis amigas, mi cuñada, todas las mujeres que me rodean. Mi compañera Dina es también un referente, una chica que, cuando vino con nosotros, incluso bajó el rango que tenía porque confiaba en el proyecto y que ella iba a aportar tanto que iba a poder crecer muchísimo y hacerse valer, tiene mucha confianza en sí misma. También a la profesora que me hizo llegar a estudiar Ingeniería, de hecho la veo cada año porque me invita a ir al colegio a hablar de mi carrera, mi experiencia y el proyecto para que lo conozcan los alumnos. Incluso es importante tener a tu alrededor referentes masculinos que te apoyen, como mi hermano, que siempre me dice “tú puedes, venga”. Me gustaría nombrar a un profesor que tuve en 1º de ESO, yo no era muy buena en matemáticas y si no hubiese sido por él, por su apoyo, no habría estudiado lo que he estudiado, nunca me hubieran gustado las matemáticas y habría llegado a Bachillerato pensando que yo no valía para eso. Él me enseñó que sí que valía, así que tengo otro referente masculino muy fuerte en ese sentido.

Cuéntanos una experiencia o un momento que se te venga a la mente que te hiciera darte cuenta de que querías iniciar una carrera STEAM.

Pues fue cuando tuve que elegir qué quería hacer después de Bachillerato, cuando tuve que rellenar el formulario con la lista de carreras. Al principio quise estudiar Medicina, porque mi intención era ayudar a otras personas, luego en 3º de ESO quise estudiar Matemáticas puras pero no sabía a qué dedicarme después, y le preguntaba a mi profesora, “tú que eres matemática, ¿qué puedo ser?”, y me dijo “descúbrelo por ti misma”. Me preguntaba si podría trabajar en la NASA porque me atraía el espacio, hasta les escribí un email preguntándoles y me contestaron diciendo que, si era buena, podía trabajar allí. Ojalá hubiese guardado ese correo. Pero eso no fue lo que me inspiró, sino mi pasión por las matemáticas y hablar con mi profesora, que me obligaba a cerrar el libro de matemáticas porque en clase de Religión me pasaba la hora haciendo problemas, me gustaba resolver problemas y ahí fue cuando me di cuenta que Medicina no era lo que yo quería y Aeronáutica se convirtió en la primera opción.

Un consejo para las niñas y mujeres que están leyendo esta entrevista y quieren dedicarse al sector tecnológico, de investigación o científico.

A mi me hubiera gustado que me dijeran que, lo que yo eligiera en aquél momento, no iba a marcar el resto de mi vida. Creo que se vuelve muy trascendental y hay que quitarle peso al asunto porque la vida es tan larga como para cambiar de profesión si es lo que quieres. Puedes empezar a estudiar una Ingeniería y si ves que no te gusta, te puedes dedicar a otra cosa, seguir formándote, algo que al final el mundo te acaba exigiendo. Así que les diría que ellas pueden ser lo que quieran y están en el mejor momento para experimentar.